Actualidad indígena
Año 2 Nš 134 – 27 de abril de 2005 – Servicio
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Indígenas en guardia ante proyecto Genográfico
Por María Amparo Lasso*
Indígenas en América Latina ven con suspicacia
el proyecto Genográfico que intenta estudiar sus genes
para descifrar cómo se pobló el planeta. Una ONG
en Estados Unidos llama al boicot
México.- Científicos del proyecto Genográfico
irán tras los genes de comunidades indígenas alrededor
del globo, para tratar de descifrar cómo se pobló
el planeta. Pero su tarea podría no ser tan fácil
entre las suspicaces etnias de América Latina.
La Sociedad National Geographic y la multinacional IBM hicieron
mancuerna en Genográfico para recoger, en un lapso de cinco
años, unas 100,000 muestras de sangre humana, levantar
un gigantesco banco genético y definir patrones de migración
prehistóricos.
Los indígenas que han vivido por siglos en sus tierras
ancestrales, como muchos de los 40 millones que habitan América
Latina, son esenciales para los fines del proyecto.
A través del estudio del ADN (ácido desoxirribonucleico)
de las etnias, los genetistas pueden rastrear linajes, que ayudarían
a descubrir detalles de cómo se movieron los ancestros
del hombre moderno al salir de África 60,000 años
atrás.
Es importante hacerlo “antes de que el contexto cultural
y geográfico se pierda en el “melting pot”
(fusión de razas)”, dice el científico y explorador
estadounidense Spencer Wells, director del proyecto, lanzado el
13 de abril.
Pero el trabajo de campo de Wells, 34 años, y de sus equipos
en diez centros en el mundo podría resultar cuesta arriba.
Experiencias negativas en el pasado, la resistencia cultural
y la influencia del activismo global contra la “biopiratería”
han disparado la suspicacia de los nativos, celosos de su rol
en las investigaciones sobre ADN, según un sondeo de Tierramérica
entre líderes indígenas en la región.
“No se dejan tomar ni una foto, menos van a dejar que les
saquen sangre”, dice Santiago de la Cruz, líder indígena
chachi, en referencia a los 7,000 miembros de su etnia, una de
las pocas que sobreviven en la costa del Ecuador, y que llama
la atención de los genetistas.
Los padres de De la Cruz accedieron a fines de los años
80 a dar sus muestras de sangre para un estudio médico
cuyos fines nunca fueron aclarados.
“Entonces, nadie preguntaba demasiado, hoy es distinto”,
asegura De la Cruz, vicepresidente de la Confederación
de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, una de las más
poderosas del continente americano.
“No conozco el proyecto Genográfico”, pero
“si quieren entrar a las comunidades, tendrán que
hablar con nosotros”, advierte.
En sintonía, Jecinaldo Barbosa Cabral, líder de
los indígenas de la Amazonía brasileña, afirma:
"No nos oponemos (a Genográfico) de antemano, pero
si la comunidad indígena lo desconoce, no puede haber acuerdo".
“Imposición nunca, ya estamos cansados de ser engañados”,
sentencia.
Genográfico apenas arranca. Etnias latinoamericanas aún
no han sido contactadas. Lo serán una vez que el proyecto
envíe sus propuestas a los comités de ética
científica y otros organismos locales en diversos países,
explica Fabricio Rodríguez dos Santos, brasileño
que coordina el proyecto en la región.
Profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais, Rodríguez
dos Santos es vehemente al aclarar que sus fines son estrictamente
históricos y antropológicos. Igual lo es Wells.
“No habrá investigación médica relevante,
ni patentes sobre ningún material genético”,
asegura a Tierramérica el director de Genográfico.
Tampoco están involucradas empresas farmacéuticas
o de seguros.
El financiamiento, de alrededor de 40 millones de dólares
en un quinquenio, vendrá en parte de la Fundación
Waitt Family de Estados Unidos.
Y se espera que las arcas se llenen a través de la venta
global de un equipo casero, de 9,95 dólares, que servirá
para que cualquier ciudadano envíe su ADN. Bastarán
unas raspadas con un hisopo en las partes interiores de las mejillas,
para tomar la muestra.
Proyecto vampiro
El manejo de genes humanos y sus patentes alimenta relatos macabros
y es el centro de una discusión ética global.
En Brasil, hay registros de estudios genéticos inescrupulosos
con indígenas amazónicos, como los yanomamis y los
ticunas, desde los años 60 y 70.
Hace poco, generó escándalo el caso de la venta
de genes por Internet de las etnias karitiana y suruí,
del estado amazónico de Rondonia, por parte de una división
de Instituto Coriell de Investigación Médica, de
Estados Unidos.
"Ya fuimos perjudicados antes, sacaron nuestra sangre, llevaron
nuestro ADN y venden a 85 dólares cada célula. No
tuvimos ningún beneficio", dice Almir Suruí,
líder de los indígenas de Rondonia.
"No hay garantías de que eso no se repita, hay leyes,
pero no se asegura su cumplimiento", alerta.
Experiencias como éstas ensombrecen a Genográfico.
Pero el nubarrón mayor, según activistas estadounidenses,
es el polémico Proyecto de la Diversidad del Genoma Humano
(HGDP son sus siglas en inglés), de 1991.
La iniciativa, con base en el Instituto Morrison de la universidad
de Stanford en Estados Unidos, intentaba estudiar la variación
genética humana para, entre otras cosas, diseñar
tratamientos médicos.
Furibundos antropólogos, activistas e indígenas
calificaron al proyecto de “racista” y evitaron que
se concrete en su faceta original. Naciones Unidas le negó
fondos.
Al HGDP “lo llamamos ‘proyecto vampiro’, porque
trataba de recolectar sangre de nuestros hermanos indígenas
sin su consentimiento”, recuerda Tarcila Rivera, líder
de las mujeres indígenas y amazónicas de Perú.
El grupo no gubernamental estadounidense, Indigenous Peoples
Council on Biocolonialism (IPCB), participó en la campaña
contra el HGDP. Para su directora Debra Harry, de la etnia pauite
de Estados Unidos, se trata de “una pesadilla recurrente”.
“Genográfico es en esencia el mismo proyecto que
nosotros derrotamos hace años”, asegura a Tierramérica.
La prueba más fehaciente, según el IPCB, está
en la composición del consejo de asesores de Genográfico.
Luigi Luca Cavalli-Sforza, renombrado genetista y principal promotor
del HGDP, preside ese consejo. Wells fue su discípulo en
Stanford.
Tarcila Rivera, de Perú, comparte la idea de Gabriel Muyuy,
ex senador indígena de Colombia, quien también tiene
en la memoria al HGDP, de convocar a un debate sobre Genográfico.
“Hay principios éticos que hay que tener en cuenta”,
dice Muyuy.
El IPCB llamó a boicotear a Genográfico el día
de su lanzamiento.
National Geographic ha enfatizado que hay diferencias sustanciales
entre los dos proyectos. "Hemos abierto el proyecto a preguntas
de todas las personas, no sólo de científicos. Esa
es la diferencia clave. Con el HGDP no estaba claro qué
beneficios traerían sus investigaciones. Nosotros queremos
que esto (Genográfico) sea relevante para todo el mundo",
dice Wells.
Genográfico plantea establecer un fondo que impulse proyectos
educativos y de preservación cultural para las etnias participantes.
Saharon Rosset, científico de IBM, el gigante del software
encargado de procesar la información del proyecto, reconoce:
“Hemos aprendido del fracaso del HGDP. Ahora habrá
una mucho mejor comunicación con las comunidades indígenas,
incluyendo el consentimiento informado”.
Las sofisticadas computadoras de IBM asegurarían que las
muestras de ADN sean almacenadas anónimamente. Cada persona
podrá conocer sus ancestros, a través de Internet,
con una clave de identificación intransferible.
No se planea guardar el ADN en líneas celulares permanentes
(inextinguibles), las muestras serán destruidas al final
del proyecto.
El origen de los pueblos quechuas de la región del lago
Titicaca, compartido por Perú y Bolivia, la expansión
de los pueblos Tupi en varios países de la Amazonía
y las migraciones relacionadas a la domesticación del maíz
están en la mirilla de Genográfico en América
Latina.
¿Interesa, sin embargo, a las propias comunidades indígenas
hurgar en sus orígenes?
Desde el otro confín del planeta, Cherryl Smith, de la
etnia maori de Nueva Zelanda, responde: “Nuestras tradiciones
orales nos hablan de nombres y conexiones desde los inicios de
los tiempos. ¿Por qué querríamos que alguien
venga y nos confirme o niegue lo que ya sabemos?”. Ella
apoya el boicot.
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* Directora editorial de Tierramérica. Con aportes de
Stephen Leahy (Canadá), Yadira Ferrer (Colombia), Mario
Osava (Brasil) y Abraham Lama (Perú).
Fuente: http://www.tierramerica.net/2005/0423/articulo.shtml <http://www.tierramerica.net/2005/0423/articulo.shtml>
Más información:
Proyecto Genográfico: http://www5.nationalgeographic.com/genographic/participate.html
<http://www5.nationalgeographic.com/genographic/participate.html>
Proyecto de la Diversidad del Genoma Humano: http://www.stanford.edu/group/morrinst/hgdp.html
<http://www.stanford.edu/group/morrinst/hgdp.html>
Indigenous Peoples Council on Biocolonialism:
http://www.ipcb.org/issues/human_genetics/index.html
http://www.tierramerica.net/2005/0423/www.ipcb.org <http://www.tierramerica.net/2005/0423/www.ipcb.org>
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